10 de julio de 2006

La sábana melancólica


Esta noche he dormido tapado con la sábana. ¿Y a quién le importa? Pues a nadie, pero es un síntoma de que las sonrisas se alejan y vuelven las lágrimas perennes. Sí, sí, hagan acopio de kleenex y busquen un hombro protector contra el que sollozar desconsoladamente. Ahora sí que se ha terminado el verano de verdad. El fresco que entraba por la ventana esta noche me lo ha acabado de confirmar. Se agradece por la temperatura, sin embargo, te atrapa una melancolía que sólo puede indicar la cercanía del otoño y sus automatismos inherentes. Estos es, nubes todo el maldito día, los niños al colegio, los trabajadores al tajo y los políticos a seguir engañando. O sea, para llorar.

Por mi parte, no me voy a dejar amedrentar por cuatro nubes y unos cuantos discursitos de unos orates encorbatados. He adquirido cuatro estufas de butano que rinden al máximo las veinticuatro horas al día en mi habitación. El resto de mi búnker agostil lo completa una colección de punzantes mosquitos, pósters de playas por toda la pared y un hastío veraniego digno de cualquier Rodríguez. Así me tomaré los meses venideros como un auténtico anacoreta estival, disfrutando del sudor, las picadas y la mirada perdida en el horizonte. De esta manera espero eludir cualquier discurso, mitin o declaración que acaezca hasta el próximo estío.

Sin embargo, librarse de un titular, de un comentario o de la propia inercia a mantenerse informado no es tan fácil. Ni tampoco agradable. Salgo de mi oasis con gafas de sol, chanclas y una de esas camisas con un atardecer rojo y naranja estampado, con sombras de palmeras y una pareja abrazada, recojo el periódico y, al instante, vuelve el escalofrío. Lo que decía, mejor no mirar, no escuchar, no hablar.

Y es que parece que Manuel Fraga se volverá a presentar como candidato a la presidencia de la Xunta de Galicia. Sí, han leído bien. Cientos de paleontólogos se han desplazado a nuestro país para seguir las declaraciones -¿exacavaciones han dicho?- del trilobite galleguinho. Una esperpento que alimenta su currículo con apoyos a alcaldes pederastas, un ministerio con Paquito y una obsesión por la poltrona tan incomprensible como el número de apoyos en forma de votos que recibe. Será que en Palomares sí que estaba contaminada el agua. Con lo bien que se estaba sudando por la noche. Dichosa sábana.

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