1 de julio de 2008

La sordidez veraniega

Ocurre que en verano el ser humano se da a su versión más vil y chabacana y yo estoy aquí para denunciarlo. Si no nos basta con la repugnancia que puede y debe producir el mal uso del idioma, la falta de desodorante o la ruidera infernal y constante por cualquier razón –llámese Eurocopa, fiesta de barrio o moto de 125cc-, se añade como puro síntoma veraniego la dejadez en el vestir.

Como guardián del buen decoro me veo obligado por una suerte de fuerza colectiva, una especie de moral superior, a oponerme frontal y traseramente a la indumentaria que deja al descubierto los apéndices digitales de las extremidades inferiores: las chanclas. La pregunta cae por su propio peso: ¿Por qué alguien desea orear su pinrel cual animal salvaje?

Me topo a diario con visiones dantescas de dedos montados, uñilargos, retorcidos en dura pugna con los de al lado. Aparece el vello rizado en muchos de ellos, imagen más que perturbadora. Sin mentar la escasez de higiene que caracteriza a esos pies fruto de la nula protección ante rozaduras con el asfalto o zurullos caninos que pueblan las aceras de forma multitudinaria. ¿Realmente es necesario?

Esto, por llevar chanclas

La avanzada sinapsis cerebral es el hecho diferencial que nos separa de la selva agreste, entonces actuemos en consecuencia y tapemos el punto de apoyo de nuestro cuerpo en señal de superioridad mental ante la manada animalesca que, todos lo sabemos, tarde o temprano acabará en un zoo o en un envase de porexpan colocado en la estantería de “Carne envasada” de algún establecimiento comercial. Mi deseo es el mismo para aquellos que se calzan con semejante vestidura. Troceallos y empaquetallos. Tranquilos, adaptarnos al canibalismo no nos llevará más de dos semanas a los que, como yo, huimos del calzado chancletil.

Debo añadir que cuando uno formula una teoría es imposible quedarse en lo superficial. Hay que investigar, llegar al fondo del tema: no sólo del pie enchancletado vive el científico. Después de largas noches en vela sólo acompañado por vasos de tubo y jornadas de oscuridad, anonimato y perdición en bares de calaverismo atroz y putiferio evidente, me asaltó la siguiente cuestión como segunda tesis de mi –en breve aclamada- Teoría del Calzado y la Ropa y su Efecto Causa-Consecuencia en el Desarrollo Antropológico:

¿Qué sucede con los pantalones pirata? ¿A qué o quién se debe su innecesaria existencia?

Y entonces me cuestiono: ¿Acaso hemos retrocedido 200 años en el espacio-tiempo? ¿Es que vuelven a surcar los mares naos abanderadas con la enseña negra y ósea? Si es así, armémonos con hachas y sierras mecánicas y procedamos a cortar una pierna, no he dicho tres ni cinco, sino una pierna de cada elemento subversivo que ose campar por la rúe con la susodicha prenda. Como nació el gafapastismo, nacerá el patapalismo y su oprobio social inherente.

¿No quieren pantalones pirata? Pues que sean piratas al 100%. La existencia del pantalón sólo contempla la longitud rodillesca o tobillil, jamás se debe aceptar el corte pirata. Sólo con la amputación de la extremidad y la extracción de ojo y mano en cantidad de uno (para trocarlo con pata de palo, parche y garfío respectivamente) se permitirá la prenda maldita.


¡Este llevaba piratas! Yo lo vi ñam ñam


¿Y el diseñador? Ora corta largo, ora corta corto, pero… ¿por qué queda su aguja a la mitad de la pierna? ¿Qué aciagas intenciones oculta la longitud de la pernera? Estudiosos del tema y científicos de CCC afirman que el pantalón pirata es una estrategia para incitar a la pesca, otros aseguran que, en verano, hay cierta escasez de tela para pantalones, y todos se fustigan en un acalorado debate internacional.

Huid de estas prendas y seréis bienvenidos.

Otro día hablaré de las camisetas sin mangas, origen de muchos otros males que azotan el bienestar común.

12 comentarios:

Manuel Márquez dijo...

Pero, ¿qué te ha hecho tí Rafa Nadal, compa Joan? Te has empeñado en arruinar su estampa, porte y figura (con la que, por cierto, además de por pegar raquetazos de forma cojonuda -todo hay que decirlo-, se está haciendo de oro), así que nada, tú, duro y a la cabeza. Genio y figura...

Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Estimado Joan, azote de inverecundos y malvestidos:

Su Teoría del Calzado y la Ropa y su Efecto Causa-Consecuencia en el Desarrollo Antropológico me ha impresionado gratamente y dejóme pensativo y mordisqueando la patilla de las gafas al tiempo que entrecerrando los ojos y musitando Hmmmmm.

Luego la foto del famélico ése que hunde el colmillo en tobillo ajeno me hizo prorrumpir en sanas risotadas, y comprendí que después de todo el tono de su artículo es jovial.

Por ello no le recrimino el matiz de género, esto es: no es igual una camiseta de tirantes sobre cuerpo de envra que de onvre. No es igual una sórdida y mohosa chancla, ubérrima en vida microbiana, calzada en calloso y áspero pie de delincuente caló; que una elegante sandalia cuyas finas tiras de cuero abrazan lascivas el femenino tobillo.

Como tampoco es igual, mal que les pese a muchos, la tristemente famosa braga tanga que con los calores de la canícula queda más que nunca en evidencia. No, no, y no, señores. En culo femenino es atuendo sensual y palotizante, mas en grupa de hombre sólo puede pasar por grotesca bufonada y atentado a la visión.

En lo de los pantalones pirata, empero, tiene usté toda la razón. Estamos todos mejor sin ellos.

Suyo afectísimo y en deseándole haya disfrutado de un grato esparcimiento, me despido.

Joan dijo...

Rafa Nadal, compa Manuel, cumple demasiadas condiciones para ser odiado en este blog. La pena es que tenga un brazo como He-Man y, por ende, pueda desatar su furia hacia mí con un revés directo a mi careto.

Su comentario, Bubón pustuloso, no hace más que complementar mi escrito anterior. Y es que di por supuesto que la audiencia entendería que me refería al género masculino. No siendo así, su aclaración es más que bienvenida.

Saludos

Josep dijo...

En sabiendo que toda esaa diátriba se dirige sólo contra los machos ridículamente ataviados, me quedo más tranquilo, pues ya me temía una cruzada postulante que convirtiera las adoradas féminas semi vestidas en vulgares clausureras con sandalias de esparto.

Aunque debo advertirte que todo destila un cierto aire homófobo y que las huestes se hallan prestas a protestar ante tamañas afrentas discriminatorias.

El defecto de tu paisano Rafa es un desorden de juventud, unas ganas de llevar la contraria a la familia entera; con el tiempo se le pasará, auguro.

Saludos.

Folks dijo...

Discrepo, he dicho.
Para muestra, documentos visuales:

(1) (2)

Joan dijo...

Josep, si las clausureras únicamente vistieran sandalias de esparto, quizá ganarían enteros, ¿no? En cuanto a lo de la homofobia, yo no la veo por ningún lado. Sin embargo, tomo nota para futuros posts, por si no veo la viga incrustada en mi ojo.

Herrrrrrr, discrepa con la vestimenta de las féminas, bien. Pero...¿y la de los hombres? ¿No se pronuncia? ¿O es que ha escrito el comentario ataviado con chanclas, pantalón pirata y camiseta sin mangas?

estanli cuvric dijo...

En mi modesta opinión es usted demasiado benévolo tanto con hombres como con hembras. Yo siempre he sido partidario de una vestimenta uniforme para todo el año, soldadesca si se prefiere, pero que no permita las mongolas excentricidades personales, así como un peinado único y viril: rapado al 2.

Para los hombres, el uniforme se me antoja como un mono de trabajo de color azul lapislázuli, estilo mecánico timador.
Para las hembras, empero, considero más adecuada una breve falda plisada junto con un no menos breve top atirantado.

Joan dijo...

Debo apuntar, estanli, que el rapado al 2 es harto útil y otorga virilidad, pero también añado que ese mismo rapado debe descender al 0 al pasar por el Mordor femenino.

En cuanto a la vestimenta de las hembras, ya lo dice usted, lo bueno si breve...

unión dijo...

yo opino que por ley a mas de 35ºc deberia ser obligatorio ir en pelotas, además con más de 30ºc o menos de 5ºc deberia estar prohibido currar.

unión dijo...

esto último lo digo por la prevención de riesgos laborales

Anónimo dijo...

Ay, menos mal que por los comentarios, me veo libre de culpa!! Con lo que me gustan las sandalias con cinta en el dedo gordo!!

Y estoy de acuerdo, los piratas en los chicos, los retrotráe, o en siglos, o en años (respecto a su infancia) :-P, pero talvez sea pura realidad.

Me gusta tu blog Joan, celebro haberlo encontrado!

Joan dijo...

Unión, no puedes tener más razón, celebro la comunión de ideas.

Llorá con respeto, haré como si no hubiera leído lo de las sandalias...