¡Ahí va! ¡Los Donuts! Este es el autorretrato de Edward Munch de camino al colegio. Aquí es cuando repara que se ha dejado la merienda encima de la mesa de la cocina. A raíz de esta pintura que realizó a la edad de seis años, nació el expresionismo, una nueva forma de plasmar la angustia existencial o, mejor dicho, el hambre a media mañana. ¿No os pasa que sobre las 11 de la mañana os comeríais un jabalí? Sobre todo si sólo desayunas un mísero café deprisa y corriendo.
Ahora bien, lo que no entiendo es el contorneo del personaje, bailando estilo Axl Rose. ¿Y realmente está gritando? ¿O se tapa las orejas mientras pone cara de asombro? O incluso me aventuro a pensar que está escuchando un disco de Michael Jackson, se aprieta los auriculares a las orejas y suelta el famoso ¡Aw! (el gritito espeluznante del rey del pop negroblancuzco). Sea cual fuere la intención del señor Munch, se quedó sin donuts.
5 comentarios:
Me encanta esta faceta tuya de comentarista de obras arte!
Por cierto, cualquier excusa es buena para bailar como Axl Rose
Sabía que te gustaría!!!
Moraleja: para ser un buen artista hay que pasar mucha hambre y dibujar como un niño pequeño!
Totalmente de acuerdo con Miriam. Queremos más!!
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