3 de diciembre de 2010

La TAOCACA

La gran mayoría de los miles de visitantes que tengo en éste, mi blog, se quejan de mi austeridad en la publicación, de lo proclive que soy a la inactividad. Yo, desde mi poltrona, asiento y procedo a ignorar tales comentarios. Lo que no sabe el vulgo es que la formulación de teorías científicas revolucionarias requiere sosiego, exhaustividad y un letargo extremo, cuasihibernación diría yo. El camino hacia el Nobel es arduo.

No hay porque alarmarse: el 2011 será mi año de resurrección. A pesar de todo, Ave Fénix. Hoy os presento una nueva entrega dogmática y visionaria, un axioma indeleble que, con el paso del tiempo, me reportará beneficios y reconocimientos que aún son incalculables. He bautizado esta nueva ilustración divina: como: “Teoría de la Adecuación Orgánica como Consecuencia de los Avatares Comunicativos Asensoriales”, de ahora en adelante ©TAOCACA o como se refieren a ella en los círculos científicos, la Teoría de Mierda. Iluminaos y no os avergoncéis si queréis ejecutar una genuflexión en señal de respeto y admiración delante de vuestras pantallas de ordenador.

Publicación interesada en mi teoría

Prefacio: La comunicación actual está en proceso de declive. Los ataques a la oralidad son constantes.

Tesis: La comunicación oral ha muerto. Las mutaciones que se derivan de ello están al caer.

Fundamentación teórica: Durante mis investigaciones he llegado a ver casos en los que dos personas intentaban, no sin dificultades, mantener una conversación y, viendo como aumentaban los silencios y la tensión, acordaban despedirse con un:

- Bueno, luego te mando un e-mail.

- Sí, mejor.

¿Cómo que mejor? Mejor, mis cojones. ¿Qué puede ser mejor que un intercambio sonoro entre dos seres dispuestos a entenderse? Uno con voz cazallera, adornándola con esputo final y el otro con hilillo de voz aflautada y ciertamente gangoso; o alguien con ataque de verborrea y amante de los perdigones salivales debatiendo con alguien tartamudo. Ejemplos hay mil. Pues olvídense, el hablar se va a acabar. Esta nueva tendencia Gutenberguiana de plasmarlo todo en texto tendrá graves incidencias en las mutaciones evolutivas del ser humano.

Hechos y consecuencias: He dejado de ir al dentista. Nada de nuevos propósitos de año nuevo ni nada parecido. Sólo me adapto al futuro antes que nadie. Hamijos, los dientes, la lengua, el paladar y toda la cavidad bucal, cuerdas incluidas, ya no nos van a servir más. Y es que la primera, única y fatal consecuencia que recoge la ©TAOCACA implica modificaciones faciales y craneales terribles. Consistirá en una drástica reducción del orificio bucal hasta dejarlo en un mísero huequecito. Después de años de hablar poco, mal y nunca, se acabarán por sellar nuestros labios foreva, dejando libre sólo un espacio milimétrico. El cuerpo humano es inteligente y deshecha aquello que no utiliza.

No utilizaba el cerebro y le deshechó

En consecuencia, los dentistas se suicidarán en masa viendo cómo la humanidad acumula dientes inservibles en su oquedad facial pero no pueden acceder a ellos, y así, las piezas dentales se irán pudriendo y se sustituirán por encía. Ustedes pensarán, ¿y la comida qué? Y yo les contestaré, no sean perogrullos. Cuando esta involución bucal se consolide, la ingesta de alimentos pasará a efectuarse en forma líquida, ora cañita mediante, ora vía intravenosa. ¿Se imaginan la tragedia? ¿Un chuletón de buey en un chute? Es un atentado infame hacia los principios inamovibles de éste, mi blog y, por extensión, del buen gusto.

En este sentido, otra de las preocupaciones populares que pueden crear histeria colectiva es la ingesta de cerveza. Es un drama, no sigan leyendo si son sensibles: al desaparecer la comunicación oral, la interacción entre personas se reducirá a la procreación o el asesinato, fíjense lo manierista que será la vida. Por ende, las orejas perderán gran parte de su valor y también menguarán hasta desaparecer dejando un hueco libre en nuestro cráneo que hará las veces de abridor de botellines. Ésa es la única ventaja que nos va a proporcionar la pérdida de la oralidad. Abrir la cerveza oreja mediante y beberla sin mojarse el bigote de espuma o directamente por vena. El acabóse.

"Yo quiero chuletón y cerveza"

Yo ya he tomado ejemplo en éste, mi blog. No me llamen hipócrita o demagogo, no, no lo hagan. No utilizo dispositivo electrónico alguno para exponer la ©TAOCACA. Ahora mismo dicto estas palabras a un escribano y así evito mi reducción bucal. ¿Y la suya qué? ¿Los escribanos no tienen derechos? Me da igual, con lo que cobra, ya se implantará una boca biónica.

En defensa del chuletón y la cerveza, hablen, por Dios.

5 comentarios:

Anca Balaj dijo...

Bueno, yo el chuletón no lo voy a defender, pero encontraré la manera de usar mi boca y hablar más. Cierto es que hablo poco, pero nunca hasta la TAOCACA había sido consciente de las consecuencias de mis actos. Gracias por iluminar.

Feliz 2011!

Quesada dijo...
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Joan dijo...

La iluminación de la TAOCACA y, por ende, de este blog, le llegará cuando abrace el chuletón como guía espiritual, aminúscula.

08181 dijo...

Como ser rumiante y consumidor de chuletones (y hamburguesas del Bacoa), me preocupa leer esta teoria...
Mon dieu, la carne y la cerveza que no me las toquen!

Joan dijo...

Alabado seas, Denke.

Qué raro, sale como publicado día 3 de diciembre de 2010, cuando fue día 2 de enero de 2011.