17 de julio de 2008

Retos de futuro (II)

Después de la acertada y no menos aplaudida diatriba sobre la aviación y su escasa implantación en la terraza de mi casa, ahora dirijo mi cerbatana hacia otros aspectos de la vida futurible, quizá menos espectaculares pero válidos y necesarios por igual. Ante posibles apedreamientos, debo advertir que no hay que empezar la casa por el tejado. En términos evolutivos, es tan importante la aceleración de partículas como la limpieza dental. Y es que la rutina doméstica, el quehacer diario es la base del desarrollo mental, científico y, a largo plazo, mundial. Sin el orden en nuestra home, sweet home, equivalente al batir de alas de la mariposa, acontece la destrucción, el caos y el eczema en el laboratorio de la Nasa, antaño tapadera de partidas de póker ilegales. Todo está conectado. No se pueden pedir aviones para ir a comprar el pan y, al mismo tiempo, tener la habitación sin barrer. Es por esto que urge cuidar todos los detalles, incluidos los más nimios, en aras de un desarrollo superior de la infección que es la raza humana.

El alcance de un nivel científico, intelectual y aeronáutico superior no puede encontrar trabas y, hoy en día, la transmisión de datos y su posterior almacenamiento acaece en cables y soportes físicos. Es decir, trabas puras y duras. Ahí está el verdadero lastre del progreso humano. A partir de ya: di no a los soportes y a los cables. ¿Qué desequilibrio extremo se ha producido para que haya varios tipos de copa de sujetador pero sigamos tropezando con los cables del ordenador? ¿Acaso nadie de la comunidad científica se ha puesto a pensar cómo solucionar el espacio que ocupan cedeses, deuvedeses y discos duros pero sí ha ideado un yogur que provoca peristaltismo y su ulterior consecuencia? ¿Quién decide esas inútiles directrices de I+D? ¿Por qué nadie ha procedido a su decapitación? Debo incidir ahora en el uso de la guillotina como sistema carcelario excelente, rápido, indoloro, económico e ideal para exaltar a la plebe. Sí, pan y circo.

La guillotina, símbolo preclaro de progreso

Sigamos. Desde tiempos ignotos, la cinematografía se ha hecho eco de las necesidades de la población, plasmándolo en forma de soportes holográficos, transmisión por radio o, la más avanzada de todas, por telepatía (nivel al que sólo hemos accedido unos pocos). Se ha hecho caso omiso a estos acertados consejos del séptimo arte y la industria continúa produciendo kilómetros de cableado cuproso para disgusto de los de mente avanzada y visionaria como yo. Se enredan, acumulan polvo, fallan las conexiones y encarecen el producto. Ciertas sospechas me asaltan ante tal dislate, ¿no será que en lugar de cobre hay drogaína en esos cables? ¿No será que la transmisión de datos es guairles desde hace tiempo y la compra de ordenadores, televisores, planchas y demás sólo perpetúa el tráfico de drogas a escala mundial? Si es así, ¿por qué no consta ninguna comisión en mi cuenta corriente?

No hay que olvidar las montañas de dispositivos de almacenamiento que se amontonan por las casas. ¿Qué son? Vertederos de imágenes, vídeos, documentos Word, Excel y otros formatos que nos obligan a transportar su pesada carga en forma de lápices USB, discos duros portátiles, disquetes o cederrones entre otros. ¿Para cúando un sistema más avanzado de compresión, organización y guardado? O incluso se puede ir más allá: ¿Para cuándo un almacenamiento cerebral? Ante la imposibilidad actual de llevar a cabo estos objetivos, os animo a la lucha activa y de trinchera. Nunca utilicéis cables ni soportes, para nada. Ni para cargar el móvil, ni para ver la tele, ni para grabar una película… así, las empresas se verán obligadas a fabricar –o a revelar- el nuevo sistema inalámbrico que sincronizará nuestras vidas con la época que vivimos.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Dado que últimamente voy siendo cada vez más partidario de la acción directa, permítame sugerirle un pequeño truco para desbrozar esta urbana maraña de cables, consejo que de paso hará de ud. un auténtico profeta apocalíptico, estiloso supervillano al mando de la plaga perfecta: ratas.

Se comen el plástico de los cables. Transmiten la peste. Escandalizan a las señoras. Hacen cundir el pánico. Provocan estampidas de elefantes. Son pequeñas, manejables y caben en un bolsillo. Y en contra de la creencia popular, no soportan a los flautistas.

Josep dijo...

Iba a dejarte mi mensaje, pero, para que veas que sigo tu ejemplo, he preferido telepaticártelo.

No he recibido aún tu respuesta...

Saludos.

estanli cuvric dijo...

Yo me adhiero sin condiciones a la causa suya, Licenciado Joan: tiremos del hilo, desmadejemos esa maraña tentacular que, soterrada o subacuáticamente, recorre el Planeta.
Le daré un dato escalofriante: un estudio de la Universidad de Cracovia ha concluido que si se pusieran rectamente los cables que estrangulan a la Gaia, obtendríamos una suerte de cinturón que podría rodear por dos veces la cintura de Maria Teresa Campos. ¡Dos veces! Escalofrío.

Folks dijo...

Hemos de insertar (coin) nuestras cabezas en el microondas.
¿Para qué? se preguntará.
Trabajo secretamente en el departamento secreto de cosas molonas de una gran empresa, que como está en la sombra no se si la conocerá, se llama CIA. Bueno, el asunto es que los microondas en principio se crearon para aumentar la capacidad celebral de los sujetos celebrados, y al tener una sesión de 2 horas se consigue estimular la glándula Hipotelecacaculótica, que nos permitirá comunicarnos mediante telepatía y filatelia.

Joan dijo...

Excelente, abubado hombre, excelente, como siempre. Ya veo el futuro con otros ojos. Los de las ratas, quiero decir, claro. Joder con tanta coma.

Josep, resintoniza, que ya estamos en TDT. Telepatía Digital Terrestre.

Estanli, exijo pruebas fehacientes de semejante experimento. Aún no doy crédito. ¿Dos veces? ¡Dos veces!

Estimado Folken, la filatelia es un complemento ideal para la telepatía como bien han apuntado en foros científicos de Kosistyy, avanzadilla mundial de este singular modo de comunicación.

Josep dijo...

¡Joder! He ido al Pryca a comprarme una gorra con TDT y me han dicho que se han agotado.

Parece que tu propuesta se ha extendido a la península.

Estoy perdido.

Saludos.

Corpi dijo...

Eso que se eliminen los cables y que se transporte la información en burros, mulos y pollinos. Que no contaminan y sus excrementos son reutilizables. Hay que reciclar.

Anónimo dijo...

Excelente,me gusto tu blog, recibe un cordial saludo.

Anónimo dijo...

absolutamente de acuerdo

Joan dijo...

Josep, me ha emocionado ver que alguien más también se refiere al Carrefour como Pryca! Que vuelvan las pesetas, pero ya.

¿Reciclaje global, Corpi? Mmm, interesante sugerencia. La estudiaré.

Señores de naturline, métanse su spam por el ojete. Y sí, las cremas lubricantes que venden les pueden servir para este cometido.

Me alegro que coincidamos, Tha.

tia cookie's dijo...

Las ratas estan bien, pero no te dan feet-back, yo cambiaría ratas por labrador chocolate de dos meses, roe igual, jode lo mismo, pero además mueve la cola y se caga por doquier, un chollo oiga!

Marchelo dijo...

Joan, no te preocupes, ten por seguro que llegará el día en que puedas ver cumplido tu sueño de vivir en un mundo sin cables!

Saludos!!

Manuel Márquez dijo...

¿Eliminar los cables y los soportes, compa Joan? No están estos tiempos de crisis como para pensar en eliminar más puestos de trabajo. Déjalos estar, que, cuando llegue el próximo boom inmobiliario, ya habrá tiempo de mandarlos al... Eso, allí.

Un fuerte abrazo.

Josep dijo...

No me jodas, Joan, que han vuelto a cambiarle el nombre... ;->

Jolín, lo que hace el capitalismo...

Saludos.

Joan dijo...

Tia cookie's, los animales como las ratas y los labradores serán dos de nuestros aliados más fieles en este cambio profundo del hombre moderno.

Marchelo, eso espero. La revolución aguarda impaciente.

Compa Manuel, la eliminación de esos puestos crearía centenares de nuevas ocupaciones. La tecnología y la economía boyante vand de la mano.

Josep, que cambien lo que quieran, será Pryca forever.