28 de abril de 2008

La batalla diaria


Al caer la noche ocular, viajo lentamente, -yo diría que a -4X en lenguaje de reproductor de DVD, es como un zoom in eterno- y me dejo llevar. Es un viaje a veces placentero, a veces estresante, pero siempre amnésico. O casi. Luego, émulo de una croqueta, ruedo hasta topar con la barrera de sonido intermitente. Ahora pasas, ahora no. Veintisiete manotazos al azar consiguen superarla, ábrete, sésamo. Con la visión chinesca y la cara obesa me sumerjo en una catarata que manejo a voluntad. Nada funciona. No hay reacción, sólo encefalograma plano. ¿Quién es el del otro lado? ¿Por qué se mueve igual que yo? Entonces aparecen las tentaciones. Hay un espacio cálido que reclama oscuridad y sosiego. También está el exterior, abrupto y luminoso. ¿Victoria o derrota? La decisión ya está tomada de antemano, siempre lo está. Sin embargo, la inercia –la maldita inercia- hace que me dirija lentamente hacia el exterior. Maldita sea, cada mañana igual. Cada mañana, una derrota.


9 comentarios:

Josep Lloret Bosch dijo...

Te entiendo.

Ya llegará el estío, y con él, las vacaciones.

un saludo.

Folks dijo...

Siento lo del Messi digo, lo del Barça.

Joan dijo...

No sé si en estío es peor, Josep, cuando levantarse para ir a currar jode más por el calorcito, el sol, la playa, etc...

Gracias, Folken. No tengo ánimo para decir nada más. Y lo peor es que no es guasa bloguil, sino realidad.

Harvester Of Sorrow dijo...

Grandes misterios de la humanidad: ¿Por qué la cara duplica su tamaño mientras duermes? ¿Las legañas, tienen la misma composición que el cemento porlan? ¿Por qué en invierno nunca encuentras la zapatilla a la primera y tienes que rozar con los dedos el frío y húmedo suelo?

Definitivamente, cada mañana es una derrota.

08181 dijo...

Cuando suena mi despertador, siempre acabo igual, cogiéndolo con las dos manos, en una postura que haría santiguarse a cualquier quiropractico de bien. Lo miro con el rostro ceñudo y los labios haciendo morritos, como debió mirar el primer neanderthal a la primera tortuga, intentando descifrar aquél incomprensible reto. Yo creo que hasta lo olisqueo, hasta que empiezo a pegarle para que deje él de hacerme daño a mi...

Anónimo dijo...

¿una derrota? pero si cada mañana has vencido a la parca... La primera caricia del fresco amanecer, los trinos de los pájaros, el saludo de tu perra, el despertar de los niños, los saludos a susurros y sin fuerza de tus compañeros... ¿derrota? ¡que va!!
Besosss

Joan dijo...

Eres de los míos, Harvester. El aumento de cara es algo digno de estudio. Además, yo creo que la peli esa de Señales se basó en las marcas de las sábanas en el jeto.

Nunca está de más destinar un tanto por ciento de la nómina a despertadores nuevos, Denke. Mejor ser previsor.

Ojalá fuera así, Tha, pero los míos son algo más oscuros...

Anónimo dijo...

los sábados es la penitencia por mis pecados que deben de ser bastante grandes para tener que levantarme a las 7 am.
el uso de despertadores se omite cuando tienes ventanales por donde entra el solecito asi es menos dificil la tortura...

Raimon dijo...

Grande!! Nada más que añadir.