Situación incómoda (© Abbie Miller)
Ciertos acontecimientos sólo se producen cuando es de noche. En la oscuridad, todo parece más tenebroso, todo tiende al escalofrío, a los reflejos en los espejos ocultos por un vaho perenne y a las puertas chirriantes. Es en esos momentos de quietud, cuando crees que puedes empezar a relajarte, te sientes bien, incluso cierras los ojos confiado, es ahí cuando ¡ZAS! se desengancha la sábana por la parte de abajo y te asoma el pie captando todo el frío de la habitación y destrozando tu entrada al paraíso de Morfeo. ¿Puede haber sensación más desagradable? Después de haber estado incubando un subclima bajo la manta, con una atmósfera no apta para formas de vida conocidas, todo tu trabajo se desvanece al levantarte para deshacer el entuerto.
El problema es que habías conseguido encontrar la postura perfecta. Esa colocación de cuerpo y extremidades que te permite dejar de moverte como un gorrino en su lodazal, pero que si fuera fotografiada desde un plano cenital desvelaría tu poco sentido del ridículo. ¿Qué sucede con esa torsión de muñeca? ¿Por qué estiras una pierna y encoges la otra? ¿Boca arriba o boca abajo? Ora ocupas tres cuartos de cama, ora aguantas de perfil con un área de apoyo de pocos centímetros. Por suerte, te olvidas del pie asomando al espacio exterior, de tu acrobática y extraña postura, del ronquido de los vecinos, de la moto que pasa por tu calle, de tus quebraderos de cabeza laborales, sentimentales y de autoestima, del ardor estomacal, de la luz de la farola que no permite la oscuridad total en tu habitación y de las incipientes ganas de orinar que te asaltan en ese momento. Por suerte, te olvidas de todo eso y te duermes.
Ciertos acontecimientos sólo se producen cuando es de noche. En la oscuridad, todo parece más tenebroso, todo tiende al escalofrío, a los reflejos en los espejos ocultos por un vaho perenne y a las puertas chirriantes. Es en esos momentos de quietud, cuando crees que puedes empezar a relajarte, te sientes bien, incluso cierras los ojos confiado, es ahí cuando ¡ZAS! se desengancha la sábana por la parte de abajo y te asoma el pie captando todo el frío de la habitación y destrozando tu entrada al paraíso de Morfeo. ¿Puede haber sensación más desagradable? Después de haber estado incubando un subclima bajo la manta, con una atmósfera no apta para formas de vida conocidas, todo tu trabajo se desvanece al levantarte para deshacer el entuerto.
El problema es que habías conseguido encontrar la postura perfecta. Esa colocación de cuerpo y extremidades que te permite dejar de moverte como un gorrino en su lodazal, pero que si fuera fotografiada desde un plano cenital desvelaría tu poco sentido del ridículo. ¿Qué sucede con esa torsión de muñeca? ¿Por qué estiras una pierna y encoges la otra? ¿Boca arriba o boca abajo? Ora ocupas tres cuartos de cama, ora aguantas de perfil con un área de apoyo de pocos centímetros. Por suerte, te olvidas del pie asomando al espacio exterior, de tu acrobática y extraña postura, del ronquido de los vecinos, de la moto que pasa por tu calle, de tus quebraderos de cabeza laborales, sentimentales y de autoestima, del ardor estomacal, de la luz de la farola que no permite la oscuridad total en tu habitación y de las incipientes ganas de orinar que te asaltan en ese momento. Por suerte, te olvidas de todo eso y te duermes.
Lo pueden camuflar con otros nombres, pero todos sabemos quién se esconde ahí detrás...
Lo peor es cuando se avecina el amanecer y el cuerpo ha dormido como un tronco, a lo lejos, muy a lo lejos, empieza a sonar el pitido infernal, aumentando de intensidad segundo tras segundo. Pipipipipipipipipi. Pausa. Pipipipipipipipipipi. Pausa. Y entonces es cuando ves que la maldición de snooze te ha atrapado. El efecto snooze está documentado en los ficheros policiales. Es un botón también conocido por los suburbios y el lumpen como “la pausa apócrifa”, “el prolongador ficticio”, “sueños de papel cartón” o “cincominutitosmás”. Sabes que si pulsas ese botón, sólo detienes la agonía cinco minutos a lo sumo, pero lo pulsas igualmente.
En nuestro cerebro, se produce un autoengaño mediante el cual se valoran esos 300 segundos como algo a qué agarrarse como si se tratara de los últimos momentos de vida, es la droga del somnoliento –Pavlov seguro que montaría un experimento con este botón-. Sin embargo, la sabiduría popular indica en sus preceptos que el salto instantáneo al percibir la primera onda de sonido mejora el despertar, en cambio, prolongar la agonía aumenta proporcionalmente el nivel de ojeras y acarrea mal humor matutino. En mi caso, el botón snooze está ya gastado, tengo su marca en mis dedos, caí en la maldición y me perseguirá ad eternam. Suena. Snooze. Cinco minutos de engaño. Suena. Snooze. Cinco minutos…
Después podríamos hablar de las cotorras matinales o los adoradores del mutismo, de desayunar o no hacerlo, de ducharse por la mañana o la noche anterior, pero eso será en otra ocasión.
Felices despertares.
20 comentarios:
Estimat Bjoan, com no podia ser d'altre manera ha retratat l'agonia matinal dels èssers obligats a acudir al món laboral o altres afers "d'importància" almenys 5 dies a la setmana, encara que n'hi ha de menys agraciats que es veuen afectats 6 de cada 7 jornades...ejem...
Intentant extreure desesperadament alguna connotació positiva diré que som dels agraciats per l'efecte "salto instantáneo de la cama" i cregui'm que no sempre és sinònim d'aixecar-se de bon humor. A tots aquells que tenen la capacitat d'arribar 500.000 vegades de cada 100 tard a la feina (p.e. Tejonarro), recoman l'adquisició d'un aparell destrucor del somni, el benestar, i la plena felicitat que no tengui l'opció snooze o derivats. No millorarà l'humor ni les ganes de començar el dia però almenys contribuirà a evitar una bronca assegurada.
PS: I ara xerrant en plata, li demanaria que no pretengui fer creure als seus fidels lectors/seguidors que la seva blancor de cara i el morat i la clucor dels seus ulls esdevé unicament per qüestions de falta de descans. Dic jo que les infinites jornades nocturnes que m'he vist practicament obligat a compartit amb vostè i el conseqüent perjudicament de l'organisme pot haver contribuit a, com molt bé citava Gas, confondre la nit amb el dia..
Jodé, compa Joan: una reflexión tan elaborada sobre algo tan cotidiano y sencillo, te puedo asegurar que, en el fondo, acojona, vaya que sí...
Buen fin de semana (y duerme, duerme...).
Un abrazo.
Yo soy de los ascetas del despertar inmediato. Y como reza mi profile, tengo malhumor por las mañanas. Las odio. Odio cualquier cosa que se deba de hacer por la mañana, imagina que me ducho antes de ir a dormir, con tal de no hacerlo por la mañana. Ah y como puedes imaginar, de hablar, ni hablamos...
Mi querido amigo. Muy buena su descripción de tan molesto acontecimiento. Por el contraste, doblemente buena.
Yo no soy ni de los cinco minutos más ni de los del salto olímpico rozando el techo. Soy más bien del "¡Levantate ya, ostias, que llegas tarde!". ¿Por qué las mujeres no tienen boton de Snooze?. Como todo en esta vida, no sabes lo que tienes hasta que lo has perdido.
Joder, con lo mal que duermo, sólo me faltaba leer esto para tener todavía más manías, tanto para acostarme como para levantarme. Esta noche va a ser dura, y todo por tu culpa. A ver si se aviene la parienta y la podemos hacer un poco más agradable. Espero no soñar contigo.
Lo has clavado... soy de esas del snooze, suena a las 7,30 pero no me levanto hasta le próximo pipipipipipipipi que es las 7,38. Ah y además... que no esté muy revuelta la cama que entonces no puedo dormir. Y la puerta del armario cerradita.
De todas formas las manías se quitan, antes no podía dormir con luz y ahora me duermo igual (una noche de estas dejo la puerta del armario abierta).
Felices despertares. Y besosss
P.D.- (Ya puedo decir que leo catalán en la intimidad ¡y lo entiendooo!!!)
Makkaul, no sabia que fessis feina els dissabtes. Per cert, no sé de quines jornades nocturnes me xerra, no deu estar confonent(me)? :)
Lo que acojona, compa Manuel, es ser incapaza de dormir más de 6 horas entre semana.
Denke, yo también me ducho por la noche. Qué raritos son los de ducha matinal, ¿verdad? Las mañanas son como los lunes, deberían de estar prohibidas.
Mon, las mujeres tienen otros botones, quizá más sugerentes que el snooze.
Corpi, cualquier excusa es buena para arrimarse a la parienta. Espero que hayas pasado una buena noche, con o sin manías.
Tha, me alegro por lo del catalán. Por cierto, tela con lo de la puerta del armario. ¿La tienes cerrada para que según quien no salga?
Incapaza? Incapaz, digo.
Urge un censo público de gente que se ducha por la noche, y de los que se afeitan después de ducharse...
Bueno pues yo era de las de ducharse por la noche (solían ser las 2 de la madrugá mayormente) pero pensando en los sufridos vecinos ahora lo hago sobre las 7,41 más o menos.
Lo de afeitarse no lo tengo claro aún, que a veces es antes y otras después (ahhh incluso entre).
Y el desayuno, querido cotilla Joan, consiste en un café con leche, dos galletas integrales y alguna mandarina, el lechón lo dejo para las 12 de la mañana.
Más besossss
P.D.- (Lo de afeitarse es broma... que yo soy de las de epilady y eso. Ah, lo del lechón también es broma, que una es vegetariana)
Aclaro ante posibles mal entendidos, que yo me afeito antes.
(asi los pelillos se van toos)
Tha, según a qué vecinos, las 7,41 puede parecerles peor que las 2...
Vaya, denke, pues yo me afeito después. Y no la cara, sino la cabeza.
¿Y no te quedan pelitos por todos lados?
Yo soy de afeitarme antes para no dejar ni rastro...
Un enguaje enérgico con agua helada limpia mi cráneo impoluto.
Hay una maldición todavía peor que la del snooze del despertador: la del snooze biológico. Me explico: Por un extraño mecanismo de autoputeo, tu cuerpo (o sea, tú), se despierta justo 2 minutos antes de que te suene el despertador. Abres los ojos, ves claridad y rezas para que todavía te quede, como mínimo, una hora de cama. Pero sabes que es inútil.
Te frustras, te enfadas contigo mismo y con el despertador (cuentan que Van Gogh se cortó una oreja tras despertarse 30 segundos antes de que sonara el suyo) y después intentas aplicar la táctica "cincominutitosmás" como si nada, pero tu estado de alteración es tal que ya no tiene remedio. Te levantas cansado, amargado y derrotado.
Yo me ducho por las mañanas, con el programa del Cuní de fondo (sí, amigos, droga dura de buena mañana) y no almuerzo nada. Si me da tiempo en el curro, un cafetito y aguanto hasta la hora de comer. Es lo bueno de ser un sardinilla, que con poco combustible, ya tiras.
No puedo evitar irme sin comentar...Que gran entrada, que gran verdad!!!La que sufrimos miles de millones de personas al sonar el despertador cuando ni si quiera ha salido el sol...
Muy curioso lo de "tu pie rebelde". Es dificil doblegar las extremidades para que permanezcan dentro de la manta...
También sufro la maldición del snooze, pero me pasa algo muy extraño, después de pulsar el botón del despertador aparezco en el metro con las legañas pegadas a la cara preguntándome como he llegado hasta allí y sin recordar nada mas que el hecho de haber
tirado el despertador por la ventana ^^
Me gustó tu post, un placer el leerte. Te ganaste un lugarcito en mis links.
Saludos^^
Joan, a mis brazos:
-Ducha nocturna
-Afeitado post ducha
-Odio al pitido insoportable...
¿Ha probado su magna persona el utilizar un nokia como despertador? SIEMPRE suena UN solo pitido, y después se produce una pausa infernal, en la que uno piensa... ¿Serán alucinaciones?¿Puede que tenga manía persecutoria? Se hace tan larga a veces que te da tiempo a volver a retomar el sueño, hasta que el inicio del réquiem de pitidos in crescendo te quita del error...
Bonita disección de las costumbres matutinas, compañero de fatigas Joan...
Para su información, y después de años de probar distintas técnicas, soy de los que necesitan tener el despertador a una distancia suficientemente lejana de la cama como para tener que levantarme para pararlo o prolongar lo inevitable...
Hasta aprender esta nueva técnica he tenido que sufrir muuuuchos retrasos, tanto estudiantiles (sin remordimientos y con regodeo) como laborales (con vergüenza, ejem).
Envidio a la gente que se duerme con tanta facilidad como aquel que apreta un botón... aaaains...
Folken, conozco el drama del Nokia, lo sufro cada mañana. Desgracia mayor es el hecho de que el "snooze" y el "stop" están separados por 2 escasos centímetros, lo que requiere de una precisión ingenieril (de la NASA) para no fallar, dada la precaria actividad neuronal del momento en cuestión... También me ha costado algún que otro susto matutino.
Por cierto, la ducha matutina puede parecer un sacrilegio pero una vez se acostumbra uno ya no puede pasar sin ello. La mañana que no te remojas arrastras tu cara de sueño durante todo el día!
Molt bo Joan, enhorabona!
Joder, Harveser, lo malo de ser una proyecto de foca monje (estoy estancado en los 85kg, por Diorrrr) es que a las 11 de la mañana los intestinos gimen de tal manera que hasta vibra la silla.
Estimado Folken, otro abrazo, somos pocos los de la ducha nocturna, pero todos sabemos quienes somos, una mirada nos basta.
En cuanto a lo del Nokia, desgraciadamente estoy sumido en la espiral destructiva del snooze y del susodicho móvil. Tengo la alarma y cinco "Notas del día". No funciona nada.
Bienvenida, veinteañera. Tienes mucha razón en lo de las legañas, se me olvidó incluirlas pero quizá merezcan un post aparte en una sección que se llame "Pegamentos industriales" o "Secreciones malignas".
Querido Marc, permítame poner en duda que una mera ducha matinal arregle su inefable cara de sueño, especialmente después de "según qué" jornadas en compañías indeseables. Saludos y espero verle pronto por nuestra tierra.
¿No hay un club de ducha nocturna similar a los clubs de fumadores en pipa?
Nosotros somos mas distinguidos, pero peor organizados...
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