El sonido del agua goteando encima de la uralita del vecino del primero interrumpido por la pinza que resbala de tu mano.
El cierre instantáneo de los ojos cuando, a última hora de la tarde, giras la esquina y el sol, a punto de ponerse, golpea la retina convirtiendo a todo aquel que se nos acerca en meras sombras.
El cambio de sonido ambiental justo cuando nos damos un chapuzón y la extraña sensación de lejanía al sacar la cabeza del agua, girar 180 grados y mirar hacia la orilla.
La mezcla de dolor y alivio (e incluso placer) al arrancarte costras que se han formado en heridas poco profundas.
La aparente sensación de quietud en un avión, sólo alterada por alguna (maldita) turbulencia, cuando, en realidad, viajamos a más de 700 km/h.
Las irresistibles ganas de hacer comentarios jocosos, rascarse, mirar a los demás o no estar quieto durante momentos solemnes del estilo bodas, discursos o reuniones.
El cierre instantáneo de los ojos cuando, a última hora de la tarde, giras la esquina y el sol, a punto de ponerse, golpea la retina convirtiendo a todo aquel que se nos acerca en meras sombras.
El cambio de sonido ambiental justo cuando nos damos un chapuzón y la extraña sensación de lejanía al sacar la cabeza del agua, girar 180 grados y mirar hacia la orilla.
La mezcla de dolor y alivio (e incluso placer) al arrancarte costras que se han formado en heridas poco profundas.
La aparente sensación de quietud en un avión, sólo alterada por alguna (maldita) turbulencia, cuando, en realidad, viajamos a más de 700 km/h.
Las irresistibles ganas de hacer comentarios jocosos, rascarse, mirar a los demás o no estar quieto durante momentos solemnes del estilo bodas, discursos o reuniones.
10 comentarios:
Un pequeño golpe de viento que te sopla en la cara mientras tiendes la ropa a las 2 de la mañana, y luego miras al cielo y ves que todo está sembrado de estrellas. (naturalmente en un jardín a las afueras y sin farolas)
Un violín tocando a Massenet en la vorágine de ruidos en una gran ciudad.
Los pies desnudos por la arena de la playa, y una ola en calma descansa la espuma y el fresco sobre tu piel.
Los besos de buenas noches cuando los niños duermen.
Un viaje en coche al atardecer, mientras vas de copiloto con la ventana abierta y miras un cuadro impresionista allá por donde el sol se pone.
Y yo que pensaba que a estas horas no iba a recordar ninguno :)
...el olor a café por la mañana, ese primer sorbo, ese cerrar los ojos y pensar que va a ser un gran día...luego es lo que es pero en ese momento las posibilidades son infinitas...
:))
PD Convendría distinguir entre momentos y...momentazos :P
Leer el blog de un amigo, dejar un comentario... leer el blog de una amiga, dejar un comentario... leer el blog de... (disculpa, pero, últimamente, no suelo tener momentos muy diferentes; señor, qué vicio...). Bonito texto -y bonitas addendas...-.
Un abrazo.
Tha, los "momentos" de la ola y el coche me han encantado.
Cierto, e-catarsis, empiezas el día con ánimo y después vienen los "otros" momentos y te lo chafan. Estoy de un positivo últimamente...
Amigo Manuel, me alegra que empieces a ser un habitual del blog. Ahora bien, dame tiempo para repasar el tuyo, sólo he podido leer un par (en Mallorca utilizamos "par" para más de dos, extraño pero cierto) de posts (dichosa palabra). Como bien dices, ¡es un vicio!
Muy bien contados Joan, yo también obtengo placeres derivados de momentos, a los que ordeño concienzudamente. No obstante, estoy con Mari Puri, lo del café y el cigarrito para inaugurar el día, no tiene parangón.
los momentos son como fotografías de gozo, instantáneas de placer que se quedan prendidas en nuestras retinas.
Un saludo.
me gusta cuando la gente se convierte en sombras.
Mi querido Joan (vamos a empezar así cariñosa...) que me he permitido enviarte un MEME. Para más información mirar en "Thalatta" (y ahora me voy rápido antes de que me retires el saludo)
Besosss
la resaca inminente despues de una noche de insomnio y llanto
el cosquilleo inesperado de un beso a los 13
las señales que se nos esconden pero estan ahi
el olor a madera que me viaja con la abuela
la nostalgia hecha trocitos de momentos
el inventar un pretexto para leer tu sonrisa
el chiflido del viento que pega en la ventana de una habitacion desolada
las hojas mustias de los dias sin esperanza
el anhelo irreconciliable
el vientre fecundo que espera vida
Luzbel, cuidado con el café y el cigarrito nada más levantarse, porque puede que te tengas que sentar ipso facto... Espero explicarme y no tener que recurrir a mi amada escatología.
Gregorio, ¿qué más puedo añadir?
Curry, ¿y tú? ¿te convirtes a menudo en sombra?
Oliveria, te ha quedado estupendo. Por cierto, apunto lo de "chiflido", ¡qué gran palabra!
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