14 de febrero de 2009

A un hombre de una gran apatía

Érase un hombre a una vagancia pegado,
érase una ociosidad superlativa,
érase una persona con apatía,
érase un haragán bien acostumbrado

Era un reloj de sol mal encarado,
érase un gandul boca arriba,
érase el maestro del “no escriba”,
un blog inacabado.

Érase la indolencia como bandera,
érase el rey vago de España,
las doce tribus de vagos era;

Érase un vaguísimo infinito,
muchísimo más, vago tan fiero,
el vago de la peor calaña.

Autodedicado